ESPEJO MÁGICO: ¿QUIÉN ES LA MUJER MÁS BELLA DEL REINO?
“Espejo mágico:
¿Quién es la mujer más bella del reino?”
Esta frase tan
conocida pronunciada por la madrastra de Blancanieves encierra una interesante y repetida verdad. De tanto decirle
el espejo que era ella la más bella, la madrastra y reina acababa por creérselo
de veras, fuera o no fuera cierto.
Como ya comenté
en otras ocasiones, pienso que las acciones repetidas llevan a una pauta o
patrón de conducta y, en el caso anterior, al pleno convencimiento de una idea,
sea positiva o negativa.
Está claro que
para luchar por algo, en cualquier área de la vida, en el deporte en general y
en el judo en particular, tenemos que creer en nosotr@s mism@s y pensar que
podemos llegar a ser l@s mejores. No es fácil luchar entre la creencia de ser l@s
mejores y la humildad.
En este contexto,
las redes sociales, los medios de comunicación y el entorno juegan un papel
importantísimo, ya que a menudo ansiamos crear nuestra propia imagen a partir
de un ideal de persona – por su físico u otras cualidades –, cercano o presente
en las redes sociales, tomando como modelo personalidades famosas, o en base a
lo que cuentan de nosotr@s o nos dicen.
Aparte de ser buen@ en algo, hay que saber venderse. Pero la línea entre venderse
bien y vender humo en muchas ocasiones es muy fina. Como club, por un lado,
hemos de destacar lo que salió bien en un campeonato. Por ejemplo, si la
noticia la subimos a twitter o instagram, siempre ha de ser breve y positiva;
pero luego se pueden hacer matices en la web del club, ahondando en lo
mejorable. Si, por el contrario, nos acomodamos en la autocomplacencia, no
hacemos ningún ejercicio de autocrítica, ensalzamos lo inensalzable, caeremos
en la alabanza fácil y llegaremos incluso a negar parte de la realidad.
No creo que le hagamos ningún bien a nadie, y menos al deportista, si vendemos humo, contando y publicando verdades a medias, títulos llamativos y engañosos, resultados distorsionados... porque entre otras cosas, deformamos la realidad y podemos crear falsas expectativas en nuestr@s deportistas. Esto solo funciona a corto plazo, ya que luego nos llevamos la bofetada de frente y la caída suele ser más grande. Si no encontramos ese equilibrio, solo seremos capaces, al igual que la madrastra de Blancanieves, de vernos en nuestro propio espejo… que nos dirá únicamente lo que queremos oír.
M.Mallo
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