LAS CUATRO VIRTUDES CARDINALES

Cuánt@s santiagues@s pasan por la Plaza del Obradoiro y no se percatan de la presencia de la iglesia de San Fructuoso, semi escondida tras el ayuntamiento. Curiosamente tanto turistas como locales piensan que en la parte superior de su fachada están representados los cuatro palos de la baraja. Nada más lejos de la realidad: se trata de las cuatro virtudes cardinales. 

Las virtudes cardinales - desarrolladas por Platón y usadas habitualmente en el cristianismo - se refieren a las virtudes principales bajo las que vivir y lograr la armonía: la templanza, la fortaleza, la prudencia y la justicia.

Pese a verlas hasta la saciedad en multitud de monumentos, nunca se me había ocurrido relacionarlas con el judo y me di cuenta  de que podían ser sorprendentemente  válidas para muchas de las áreas de nuestra arte marcial, no solo por su definición, sea según El Vaticano  o Platón, sino incluso por la imagen con la que suelen aparecer representadas.

Templanza: busca el equilibrio y es representada a menudo con unas  gafas para ver con claridad. Probablemente sea esta la cualidad que personalmente yo más valoro en un/a entrenador/a, a la hora de dar el entrenamiento, gestionar los nervios propios y de nuestr@s pupil@s durante una competición o en el momento en que se produce una lesión.

Pero no solo l@s entrenador@s han de mostrar templanza; también l@s judokas, tanto en el entrenamiento como en la competición. Sin la búsqueda de ese equilibrio, cometemos errores y no avanzamos como podríamos.

Fortaleza: la firmeza y la constancia son valores intrínsecos a l@s judokas, tanto competidor@s, como aquell@s que practican judo durante años por el simple placer de hacerlo, y a l@s  entrenador@s. Las cosas no vienen regaladas y luchar por ellas nos hace más fuertes en cualquier área de nuestra vida.

Prudencia: a menudo es representada portando un espejo en el que aprendemos a conocernos y así actuar correctamente. No se me ocurre mejor imagen para ilustrar la importancia de conocer nuestras habilidades y nuestros límites. Uno de los peores errores a mi juicio que puedo cometer como sensei es darles falsas esperanzas a mis pupil@s por fijar objetivos no realistas… y l@s propi@s judokas ambicionar unos objetivos para los cuales no ponen los medios – se puede aplicar por ejemplo a las subidas de cinto, al resultado al que aspiramos en un campeonato…

Justicia: la balanza - con la que sopesar nuestras acciones, las ajenas, nuestras decisiones…-  es el atributo de las representaciones de esta virtud que más aprecio. La justicia promueve la equidad y el respeto de los derechos de tod@s y, por tanto, sin ella, qué difícil sería la simple convivencia en el tatami.

A veces no hace falta buscar muy lejos para encontrar las virtudes o valores que ansiamos; basta con mirar a nuestro alrededor en las personas… o incluso en los edificios que nos rodean.

M. Mallo

Judo Club Terras de Santiago              

 

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