EL SÍNDROME DEL IMPOSTOR
Muchos
habrán oído hablar de este síndrome, pero probablemente sean más los que
desconozcan sus síntomas e, incluso, que ellos mismos son víctimas de dicho
fenómeno psicológico. Sin entrar en definiciones detalladas, este síndrome se
refiere a aquellas personas que tienen la
sensación de no estar nunca a la altura, que tienen miedo a que se descubra que
son un fraude y, cuando logran un éxito, encuentran toda suerte de excusas para
negarlo.
Esto lo vemos más de lo que creemos en muchas áreas de
nuestra vida y ¡cómo no! también en los deportes y en el mundo del judo. Así
por ejemplo una alumna, tras lograr una medalla a nivel nacional, decía que esto
se debía a un sorteo supuestamente favorable – olvidando obviamente los sorteos
desfavorables o situaciones desafortunadas que en otras ocasiones le habían
privado de tal éxito. U otra alumna, quien, tras ser convocada al Campeonato de
España, afirmaba que no fue porque lo mereciera, sino porque convocan a todos
los medallistas en los campeonatos autonómicos – nada más lejos de la realidad.
En estas situaciones no puedo dejar de acordarme de la magnífica
anécdota que cuenta el gran escritor y guionista de cómics Neil Gaiman, quien había sido invitado a un encuentro de artistas, científicos y
famosos y se preguntaba qué hacía ahí rodeado de personas de tal calibre.
Entabló conversación con un señor de avanzada edad, quien compartía el mismo
nombre de pila y tampoco entendía qué hacía él mismo allí, si lo único que hizo
fue ir “allá a donde fue enviado”. Gaiman se dio cuenta de que si Neil
Armstrong, el primer hombre en pisar la luna, se sentía un impostor,
posiblemente todos nosotros en algún momento nos sentimos impostores.
La realidad quizás sea que a lo único a lo que podemos
aspirar es a esforzarnos lo más posible, a creer en nosotros mismos y a
sentirnos orgullosos de ello.
Para ver la anécdota contada por Neil Gaiman haz click aquí.
M. Mallo
Comentarios
Publicar un comentario